El papel como maestro de
apoyo especialista en la educación del niño sordo es de vital importancia, ya
que en la mayoría de los casos se requiere de la presencia de uno de estos
especialistas en el aula que colabore con el maestro dentro del aula de
integración para favorecer el progreso del niño y su aprendizaje.
Hay en esta primera
afirmación un aspecto que merece destacarse: la necesidad de que el maestro de
apoyo sea un especialista en la educación del sordo. Esto supone un
conocimiento del desarrollo del niño, de sus procesos de aprendizaje y de los
métodos más adecuados para que adquiera el lenguaje oral.
Igualmente debe tener
competencia suficiente para utilizar los medios de expresión y comunicación que
se ajusten mejor a sus posibilidades. Esta preparación específica del maestro
de apoyo para colaborar con éxito en el desarrollo del niño sordo incluye
también el conocimiento del lenguaje de signos.
Parece razonable que entre las habilidades que debe poseer el maestro de apoyo o el logopeda que trabaja directamente con el niño, esté el de un conocimiento mínimo de este lenguaje para ayudarle a resolver los problemas que encuentra en clase o hacerle más fácil la comprensión de lo que se transmite en el aula.
La utilización de este lenguaje, dependerá en cada caso de las posibilidades educativas del niño y de la mayor o menor necesidad de emplear varios sistemas de comunicación con él.
Otro de los puntos que
suscitan discusión es el de la forma concreta de llevar adelante el apoyo que
el niño necesita.
Hay que señalar que esto
depende de las características del niño y de sus posibilidades comunicativas y
de aprendizaje. Es posible indicar situaciones más diferenciadas, ayudando al
maestro tutor o trabajando fuera de la clase en el aula de apoyo o aula de
logopedia.
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